sábado, 25 de junio de 2011

Intensamente, sin razón.

Aquella tarde, mientras escuchabamos música, tirados en el suelo, riendonos de tonterías...por el balcón entraban ya los últimos rayos de sol y recuerdo que te miré un momento y deseé tener una cámara en mis manos. Tu pelo estaba levemente desordenado, tus ojos tenían un brillo intenso y tus labios una pequeña sonrisa, parecida a la de un niño que acaba de hacer una travesura. Y por mi mente se me pasó una y otra vez la misma pregunta: ¿Que habré hecho para merecerte?...
Tu sonrisa se acentuó y todo pensamiento desapareció en el momento en el que tus labios hicieron contacto con los mios por segunda vez. Una vez escuché lo maravilloso que es cuando estas besando a "esa" persona y notas como sonríe en mitad del beso; puedo asegurar que es de las mejores sensaciones que existen.

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